Iglesia parroquial de Santa Catalina (Fuente la Lancha)

La iglesia parroquial de Santa Catalina en Fuente la Lancha parece construida en los albores del siglo XVI, según dan a entender el estilo de las portadas y lo avanzado que parece el empleo de tres arcos transversales, para conseguir mayor anchura y capacidad, detalle que parece apuntar a una fecha un tanto avanzada, es decir, a los primeros años del siglo XVI. La torre, en cambio, puede fecharse en las primeras décadas del mismo siglo.

Su esquema constructivo, como el que generalmente se emplea en los pueblos de nuestra sierra es a base de arcos transversales. Sin embargo, en este templo el lugar que normalmente ocupa un arco lo ocupan tres. Prácticamente se trata de seis crujías transversales que crean la apariencia de tres naves longitudinales. Esta iglesia no tienen crucero ni ábside. Las cinco arquerías transversales, de tres arcos cada una, tienen el central con doble luz aproximadamente que los laterales. Tanto unos como otros, son de ladrillo, apuntados y apean sobre rústicos pilares de granito gris de la comarca, de sección cuadrada, con las aristas en chaflán, basamentos troncopiramidales y, en lugar de capiteles, anchos cimacios de tipo califal. Tanto los arcos centrales como los laterales arrancan del mismo borde del ábaco, sin dejar a éste el menor vuelo, por lo que la silueta interior de los mismos resulta graciosa, sobre todo en los laterales, al quedar muy marcada la diferencia de luz entre los pilares y los arranques de los arcos. La techumbre es de madera a dos aguas. Ha sido restaurada en época reciente, y sus pinturas -líneas y rosetas sobre fondo obscuro- dan bonita apariencia de antigüedad al conjunto.

El aspecto exterior de la iglesia también es bastante rústico. El hastial de los pies es de torre fachada. El cuerpo central, algo saliente, se eleva y estrecha para soportar la torre, mientras a sus lados quedan algo rebajadas las líneas inclinadas de las cubiertas presentando el conjunto la apariencia de iglesia de naves longitudinales. Sobre esta fachada de granito, de despiezo bastante irregular, se alza la torre, fabricada en ladrillo. Es cuadrada, de un solo cuerpo, con un arco de medio punto en cada cara. Los arcos se encuadran entre pilastras clásicas y sencillos entablamentos. Toda su arquitectura ha sido revocada con mortero gris que entona con la piedra berroqueña del conjunto. Como remate, sobre cada ángulo, hay sendos pináculos terminados en bolas y otro gran pináculo central de elegante línea, corona el conjunto.

La puerta principal está formada por un arco carpanel moldurado con un ligero apuntamiento conopial en las molduras externas y un adorno floral sencillo sobre la clave.

En fecha lejana se ha colocado una escalera para subir a esta torre, sobre los tejados del templo, que deteriora notablemente la silueta de la fachada, y que no sería ningún desatino suprimir, con motivo de alguna restauración, su fea estampa.

En el lateral derecho -o de la Epístola-, encalado, hay cuatro robustos contrafuertes de tradición romántica y una portada saliente que hace la función de dos contrafuertes más. Un gran arco doblado, de medio punto hecho en ladrillo cobija a otro de piedra ligeramente apuntado, también con ciertas reminiscencias góticas. D.O.J.

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