Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).

PRÓXIMOS ACTOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA

Nueva Junta Junta Directiva del Ateneo de Córdoba

Marzo , 1a.quincena. Conferencia de JUAN ORTIZ VILLALBA. " LA MASONERÍA EN CÓRDOBA ". (Presenta José Luis García Clavero).
Jueves 11 de abril. Conferencia de DESIDERIO VAQUERIZO." LOS ORIGENES DE CÓRDOBA". (Presenta J.L.G.C).
Finales de abril, primera semana de mayo. Proyección del documental "MONTE HORQUERA" de FERNANDO PENCO, galardonado en diversos Festivales internacionales (Italia, India, Holanda etc,)
Lunes 11 de Mayo. Conferencia de MANUEL VACAS." LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.LAS BATALLAS DE POZOBLANCO Y PEÑARROYA- VALSEQUILLO". (Presenta Antonio BARRAGÁN).Todos los actos en la Sede del Ateneo.

CONVOCADOS LOS PREMIOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
XI Premio de Relato Rafael Mir.
XXXIX Premio de Poesía Juan Bernier.
IX Premio Agustín Gómez de Flamenco Ateneo de Córdoba.

Fallo de las Fiambreras de Plata 2023, relación de homenajeados aquí.

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Manuel Fernández Vargas "Tío Borrico"

De Ateneo de Córdoba
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Manuel Fernandez Vargas El Borrico.JPG

Gregorio Manuel Fernández Vargas, cantaor de la más pura raza gitana del cante, nació en Jerez de la Frontera (Cádiz), el 3 de abril de 1910 y murió en su pueblo natal de Jerez el 12 de diciembre de 1983. Hijo de el Tati y sobrino de Juanichi el Manijero. Al respecto de su sobrenombre contaba lo siguiente en una entrevista en La Voz del Sur (Jerez, 7 de noviembre de 1969): "...yo no fui quien me lo puse, pues un día, cuando estaba cantando, uno de los invitados me gritó, anda, hijo, que cantas más fuerte que un borrico, y desde entonces todos me llaman El Borrico, y con este nombre me he quedado". Sus comienzos artísticos en fiestas y reuniones los alternaba con su trabajo en el campo, hasta que decidió dedicarse plenamente al cante.

Realizó unas pocas actuaciones en público sin salir de su provincia, con un elenco en el que todos eran jerezanos: Paco Espinosa, El Batato, Luisa La Torrán y Lola Flores (en sus comienzos artísticos). El Borrico fue siempre un cantaor de ventas y colmaos de su ciudad natal, con esporádicas salidas a Sevilla, donde en cierta ocasión coincidió con Pepe Pinto y Pastora Pavón, concretamente en la venta Casablanca. que el gitano jerezano recordaba así, según su entrevistador José Luis Ortiz Nuevo, (Tierras del Sur, Sevilla, 12 de septiembre de1977) : "...una vez nos fuimos a Sevilla unos cuantos y había una venta que se llamaba Casablanca y ocurrió que estaba yo en una caseta de feria y vino Buchitos y me cogió a mí, cogió al Pinto, cogió a la Pastora, y nos fuimos a esta venta, y en la venta nos metimos en un reservao y yo, claro, entre tan buenos cantaores tenía poca costumbre de reunirme, y dió la casualidá de que aquella vez me junté con esos señores, y a mí se me ocurría de vez en cuando salir a verter aguas al retrete, porque estaba pensando en las letras y en cómo estaba cantando, eso se llama que estaba un poco nervioso porque estaba entre cantaores cuajaos, y estando en el retrete, escuchando la guitarra desde el retrete, se me ocurrió un cante de José el de Paula, el hermano del agüelo del torero, se me ocurrió un cante por siguiriyas y de verdá que salí corriendo p'al reservao y le dije al tocaor: Gutiérrez, sigue ahí en ese tono... y aún desde aquel tiempo, que hace ya lo menos veinte años d'esto, se está mentando cómo canté por siguiriyas; no es que cantara yo mejor que los demás, pero me salió ese cante de José el de Paula, y el cante de Paco la Luz, corto, por siguiriyas, y lo hice a la perfección; y todavía se está refiriendo aquella fiesta de Casablanca de Buchitos, que ni yo mismo me di cuenta de cómo canté, cómo me salió el cante de Paco la Luz y de José el de Paula..."

En 1967, Juan de la Plata y Manuel Ríos Ruiz, convencen a El Borrico, para que intervenga, en un recital, acompañado a la guitarra por su sobrino Parrilla de Jerez, en los Cursos Internacionales de Arte Flamenco de la Cátedra de Flamencología, causando sensación sus bulerías por soleá. El éxito obtenido, le anima a tomar parte en la Fiesta de la Bulería del mismo año, festival en cl que se le otorga la Copa Jerez. A partir de entonces, cambia su proyección artística y realiza grabaciones discográficas que le dan a conocer fuera de su tierra natal, interviniendo en algunos festivales y en ciclos de divulgación flamenca, siendo, dentro de estas actuaciones, muy significativa su participación en el celebrado en la Universidad de Granada, ilustrando una conferencia de Manuel Ríos Ruiz sobre el cante de Jerez.

Tras su muerte por trombosis cerebral se celebró un festival homenaje en Sevilla y en Jerez el día 10 de marzo de 1984, se rotuló una calle con su nombre, se presentó un libro con sus memorias recogidas por José Luis Ortiz Nuevo y tuvo lugar un festival flamenco en su recuerdo, en el que tomaron parte El Sordera, Antonia la Marchena, María Soleá, Tía Anica la Piriñaca, Tía Juana la del Pipa, Rubichi, El Garbanzo, El Gordo, El Carbonero, José Luis Balao y Pepe Moreno, y otros jóvenes artistas jerezanos.

No fue mucho lo que grabó El Borrico, pues llegó ya maduro a una efímera fama, pero lo que dejó en el microsurco es, en general, de gran calidad. En cualquier caso están los estilos en que el cantaor fue verdaderamente grande por bulerías, soleares, siguiriyas, tangos, bulerías por soleá y unas insólitas alegrías en que brilla igualmente el eco de un raro y oscuro genio. El cante del Tío Borrico era esa clase de cante que no puede morir. José Blas Vega, que dirigió sus primeras grabaciones, escribió en su presentación, "en los actuales tiempos, cuando el flamenco ha padecido mucho daño para su integridad artística, cuando, por contrapartida, se está iniciando un movimiento revalorizador para salvar sus dones espirituales y humanos, El Borrico de Jerez se alza como un verdadero maestro que guarda las reliquias de la mejor época". Y Manuel Ríos Ruiz, le dedicó, además de su poema “Cante en la venta”, esta semblanza:

'El Borrico, hombre muy apegado a sus personales costumbres, hace una vida bohemia que apenas si le vale para subsistir. Se sienta al atardecer en un velador de la calle Larga, para después, cuando ya las estrellas se distinguen plenamente, encaminarse hasta una venta de las afueras, por donde pueda llegar algún adinerado con ganas de juerga. Ni que decir tiene, que son muchas las noches en que apenas alcanza una copa de vino. Para volver luego, al rayar el día, soñoliento y cabizbajo, sin cantar esas coplas trágicas, desgarradoras, únicas, que aprendió de sus antepasados. Pero si su cante llega, enjundioso, bronco como un potro y negro como una piconá, hay que respirar hondo y tratar de explicarnos qué es la desazón que nos oprime el alma.

Fuentes