Diferencia entre revisiones de «Emilio Lledó»

Revisión del 00:32 18 ago 2008

El filósofo Emilio Lledó Iñiguez nace en Sevilla el 5 de noviembre de 1927 y hace estudios de Filosofía y Filología clásicas en Madrid y en Heidelberg con Kart Löwith y con Gadamer. Ha sido sucesivamente catedrático de Filosofía en la Universidad de La Laguna en Tenerife (1964, de Historia de la Filosofía en Barcelona desde 1967 y de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Madrid desde 1981.

Es un filósofo apreciado internacionalmente por sus trabajos sobre filosofía griega, especialmente sobre Platón, y sobre filosofía del lenguaje.

Al estudio de la filosofía griega pertenece su tesis doctoral sobre El concepto de “Poíesis” en la filosofía griega (1961) y la espléndida Introducción General a las traducciones de las obras platónicas hechas por la Editorial Gredos a partir de 1988, así como la introducción, traducción y notas al diálogo Fedro, en la misma colección.

De sus otros trabajos sobre Platón no puede no señalarse la Memoria del logos de 1984 en la que aprovecha en el análisis sus profundos conocimientos de filosofía lingüística.

Su tema central es la hermenéutica del lenguaje como clave del pensamiento. Obras en esta línea son La expresión filosófica (1967), Lenguaje e historia (1976), Filosofía y Lenguaje (1983). Sus ultimas obras son El silencio de la escritura (1991) por la que le dieron el Premio Nacional de Ensayo, El surco del tiempo (1992), Memoria de la ética (1995), El epicureismo (2003), Elogio de la infelicidad (2005).

Pero su estudio del lenguaje no es sólo terminológico. Por ese estudio pretende justificar el pensamiento abstracto desde sus condiciones lingüísticas y llegar a un riguroso enfoque del problema del ser pero visto dentro del problema de la palabra. No es un mero filósofo analítico tal como son otros muchos contemporáneos, sino que es un pensador que busca las claves del pensamiento en las claves del lenguaje. La Filosofía puede considerarse, piensa Lledó, como la historia hecha palabra, y el pensar, entendido como lenguaje, es un modo de instalarse el hombre en el mundo. También abre caminos para la elaboración de una historia de la filosofía hecha desde las formas lingüísticas en que se ha manifestado, la cual, piensa asombrado Lledó, todavía está sin hacer.

En otros trabajos (La filosofía hoy, 1975 y otros) aborda el problema de la justificación de la filosofía como saber y como actividad vital, y la orienta, además de al estudio del lenguaje, al análisis del comportamiento individual y social, y a la revisión de nuestras concepciones del mundo.

El 27 de noviembre de 1994, fue nombrado miembro de la Real Academia Española.