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Juan Negrín

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Juan Negrín López (Las Palmas de Gran Canaria, 3 de febrero de 1892 - París, 12 de noviembre de 1956) fue un médico fisiólogo y político español, Presidente del Gobierno de la II República entre 1937 y 1945 (ya en el exilio).

El caso de Negrín fue atípico en la política española. Se incorporó tardíamente a ella tras, como médico y profesor de fisiología, labrarse una carrera de investigador y dirigir una clínica privada en Madrid. Entró en el PSOE en el año 1929, abandonando las actividades investigadoras. Hablaba varios idiomas, algo inhabitual para los políticos españoles de la época.

Vida personal, familia y primeros estudios

Negrín estudió las primeras letras en su ciudad natal en el colegio privado La Soledad, y obtuvo las máximas calificaciones en el Bachillerato, a la edad de 14 años. En 1906 su padre le envió a estudiar Medicina a Alemania. Comenzó la carrera a los quince años, primero en la Universidad de Kiel (1907) y luego en la de Leipzig (1908), vinculándose a su ya célebre Instituto de Fisiología y a la prestigiosa figura de Ewald Hering. El 21 de agosto de 1912, a los veinte años, obtuvo el grado de doctor, con una tesis sobre el tema "Zur Frage nach der Genese der Piqûre-glycosurie".Además de dar a imprenta en los dos años siguientes varios trabajos de investigación sobre Fisiología en revistas alemanas, algunos con su maestro E. T. von Brücke, trabajó como asistente numerario en la misma Universidad. Con la movilización de sus superiores durante la Primera Guerra Mundial, asumió nuevas responsabilidades docentes, aunque no llegó a aceptar el puesto de "Privat-Dozent" que le ofrecieron, prefiriendo regresar a España. Poco después dominaba también el italiano y el ruso, y más adelante llegaría a conocer diez lenguas, algo muy insólito, y más para su época.

Carrera académica en España

Por los problemas derivados de la guerra europea, regresa a España en octubre de 1915, y con fecha 22 de febrero de 1916, desde Las Palmas, solicita a la Junta para la Ampliación de Estudios una beca para continuar sus estudios en varios centros de investigación norteamericanos de Nueva York y Harvard, a la vista de lo cual es promovido por Santiago Ramón y Cajal para que dirija un nuevo laboratorio de Fisiología General en Madrid, que por falta de espacio en el Instituto Nacional de Ciencias, se sitúa en los sótanos de la Residencia de Estudiantes, lo que acepta. En 1919, tras un examen de reválida que supera con sobresaliente y Premio Extraordinario, le fue convalidado su título alemán de licenciado de Medicina y Cirugía. Al año siguiente realiza los cursos de doctorado y presenta una nueva tesis: El tono vascular y el mecanismo de la acción vasotónica del esplácnico, calificada de Sobresaliente; en ella, su teoría sobre las "substancias receptivas" se demostraría certera, y anticipada en unas decenas de años. En 1922, tras la muerte del profesor José Gómez Ocaña en 1919, opositó para la cátedra de Fisiología de la Universidad Central de Madrid, que obtuvo por unanimidad. Desde este puesto organiza un laboratorio de prácticas en la Facultad de Medicina, mientras el de la Residencia de Estudiantes lo enfoca hacia la investigación. Su labor académica y gestora a partir de 1923, cuando es nombrado secretario de la Facultad, es amplia y eficaz: "Quizá su mayor impronta se apreció en la ya mencionada reforma del plan de estudios médicos que sometió a la aprobación de la Junta de Facultad en julio de 1926. Dos años más tarde, con ligeras variaciones, ese plan recibió la correspondiente aprobación ministerial y entró en vigor en el curso 1928-1929. Y con posterioridad impulsaría la constitución en el seno de la Universidad Central del Instituto de Comprobación de los Medicamentos (dirigido inicialmente por su discípulo José Domingo Hernández Guerra) y, ya en 1932, de la Escuela de Educación Física y Medicina del Deporte (de la que se haría cargo su discípulo Blas Cabrera Sánchez)... La eficacia gestora y capacidad de trabajo de Negrín al frente de la secretaría de la Facultad le abrió las puertas para otra tarea de mayor enjundia y calado: la secretaría ejecutiva de la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria, creada en mayo de 1927...".

Pero, sobre todo, Negrín se ocupa de crear una escuela de Fisiología de renombre mundial. Fue maestro, entre otros, de los más tarde profesores Severo Ochoa (galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina), José María García-Valdecasas y Francisco Grande Covián, que pudieron beneficiarse también de la impresionante biblioteca de Fisiología que Negrín se había traído consigo de Alemania y se dedicó a completar. El Hospital más importante de las Islas Canarias, sito en Las Palmas de Gran Canaria, lleva en su honor el nombre de "Hospital Dr. Negrín".

Tras unos años muy fecundos de docencia e investigación científica de primera calidad, dejará todo para entrar en la política, aunque, según recordó F. García Valdecasas en ocasión de su centenario: "Hoy día multitud de científicos destacados en todo en mundo (no puedo entrar, como quisiera, en hablar extensamente de ellos) enlazan su linaje vocacional con la estela dejada por Juan Negrín".

Carrera política

Ingresó en el Partido Socialista Obrero Español en el año 1929 de la mano de Indalecio Prieto durante la dictadura de Primo de Rivera, y a partir de 1931 fue diputado por Las Palmas. En 1934 obtuvo la excedencia por su condición de diputado.

Negrín no sentía gran interés por las teorías marxistas. Nunca mantuvo relaciones con los sindicatos y pertenecía al ala prietista del partido. Profesaba un socialismo moderado y estaba convencido de la necesidad de implantar una educación laica en España para hacer progresar al país.

La Guerra Civil

Ministerio de Hacienda

Negrín fue nombrado ministro de Hacienda en el primer gobierno de Largo Caballero, creado el 4 de septiembre de 1936, en representación del PSOE y como miembro del ala prietista.

Al frente de Hacienda, hizo aprobar y supervisó el traslado secreto, tras la aprobación de un decreto que lo amparaba, de la mayor parte de las reservas de oro del Banco de España, 460 de las 635 toneladas de oro fino, hacia Cartagena (España), y su depósito final en Moscú (el célebre "Oro de Moscú").

La decisión de enviar el oro a Moscú, en un principio efectuada debido a la necesidad de ponerla fuera del alcance de los sublevados, acabó siendo relacionada con la financiación de la adquisición de suministros militares y civiles. Aquellos consideraron la operación simple y llanamente como un robo, porque las mencionadas reservas no eran propiedad del Gobierno de la República —del Tesoro Público— sino del Banco de España, que no sería nacionalizado hasta la promulgación del Decreto-Ley 18/1962, del 7 de junio de 1962. El Banco de España no era, pues, banco nacional, sino una sociedad anónima por acciones cuyas relaciones con el Gobierno estaban regidas por una Ley (Ley de Ordenación Bancaria del 29 de diciembre de 1921, refundida el 24 de enero de 1927 y modificada por Ley de 26 de noviembre de 1931) que no autorizaba a este último a disponer de las reservas de oro, más para ejercer una acción interventora con relación a la estabilidad cambiaria de la peseta. Sin embargo, el envío secreto del oro se justificaría (a posteriori) por la alteración del curso de la legalidad republicana.

Negrín convirtió el cuerpo de carabineros en una unidad de élite mandada por hombres de su confianza, perfectamente equipada, con intendencia especial, equipamiento sanitario de primer orden y exclusivamente a sus órdenes. Una especie de ejército privado que pronto fue conocido popularmente como los "Cien mil hijos de Negrín". Aunque en teoría uno de sus fines era evitar la infiltración comunista, dirigidos por Rafael Méndez al frente. En tanto que los soviéticos como Ernö Gerö afirmaban que "el gran enemigo de la situación es el pluralismo que mantiene Negrín en el Frente Popular", uno de sus más acerbos detractores, el anarquista Diego Abad de Santillán escribía:

"Tenía la llave de la caja y lo primero que se le ocurrió en materia de finanzas fue crearse una guardia de corps de cien mil carabineros. No hemos tenido nunca 15.000 carabineros cuando disponíamos de tantos millares de costas y de fronteras, y el Dr. Negrin, sin fronteras y sin costas, ha creído necesario — ¿para asegurar su política fiscal? — un ejército de cien mil hombres. El delito de los que consintieron ese desfalco al tesoro público merece juicio severísimo. Y los que han tolerado sin protesta esa guardia de corps de un advenedizo sin moral y sin escrúpulos, también deben ser responsabilizados, por su negligencia o su cobardía, de ese atentado al tesoro y a las conquistas revolucionarias del pueblo, que a eso se reducía, en última instancia, esa base organizada y bien armada de la contrarrevolución.

Tiene el arte maquiavélico de corromper a la gente, y es esa corrupción que le rodea lo que permite el secreto de la política que practica, política que, a causa de la inmoralidad y de los derroches en que se apoya, no puede ser más que secreta, como el arte del atraco. La clandestinidad (...) en asuntos como los financieros, no tiene antecedentes en ningún país. El propio Mussolini, ídolo de Negrín, tiene que acudir al parlamento para que apruebe sus presupuestos y vote los créditos para sus hazañas. La dictadura negrinesca (...) es más absoluta que la de Hitler y la de Mussolini, pues no necesita ni considera necesario dar cuenta a nadie, ni siquiera a sus ministros, de los miles de millones de pesetas evaporados.

Esa política de manos rotas para corromper individuos de todos los colores y matices políticos, ha hecho posible operaciones como la del traslado de gran parte del oro del Banco de España a Rusia, sin saber en qué condiciones, y la apertura de depósitos cuantiosos de centenares de millones en el extranjero para la presunta ayuda a los futuros emigrados de la España republicana. De todo esto no se ha dado cuenta ni siquiera al Gobierno. En este sentido Negrín es un innovador, pues ha hecho con la tapadera de la guerra lo que ningún gobernante, ni siquiera la monarquía absolutista, había podido hacer en España..."|Por qué perdimos la Guerra, p. 328-330}}.

Presidencia del Consejo de Ministros

En la primavera de 1937, pasó a desempeñar un papel crucial en la política de la España republicana. En esos meses, el gobierno de Largo Caballero se tambaleaba, ante el descontento de comunistas, prietistas y republicanos de izquierda, debido a la falta de integración del gobierno y la mala gestión del esfuerzo bélico (Largo Caballero era también Ministro de la Guerra). Sus opositores le acusaban de ineficacia, falta de centralización y condescendencia hacia las fuerzas de la izquierda republicana (anarquistas, caballeristas y trotskistas del POUM). Los comunistas provocaron una crisis de gobierno, pidiendo su sustitución al frente de la cartera de Guerra, algo en lo que el presidente de la República, Azaña, se mostró de acuerdo. Finalmente, ante la presión de los prietistas, que proponían a Negrín como presidente, tras la dimisión de Largo Caballero el 17 de mayo de 1937 el Presidente de la República Manuel Azaña le nombró Presidente del Gobierno. Desconoció el asesinato de Andreu Nin y de la plana mayor del POUM hasta después de los hechos, aunque intentó pasar tales hechos por alto para seguir contando con la ayuda de los soviéticos. Bajo su gobierno se produjeron numerosos desmanes cometidos por comunistas y anarquistas, cuyas reyertas se convirtieron en una verdadera guerra civil dentro de la Guerra Civil, en especial en Cataluña.

El primer acto político importante del nuevo Gobierno Negrín fue la publicación el 30 de abril de 1938 del documento donde formulaba su programa político. Eran los famosos "Trece Puntos", que establecían y concretaban los objetivos por los cuales se continuaba la lucha y sobre los cuales podía establecerse un principio de acuerdo con los nacionales:

  1. La independencia de España.
  2. Liberarla de militares extranjeros invasores.
  3. República democrática con un gobierno de plena autoridad.
  4. Plebiscito para determinar la estructuración jurídica y social de la República Española.
  5. Libertades regionales sin menoscabo de la unidad española.
  6. Conciencia ciudadana garantizada por el Estado.
  7. Garantía de la propiedad legítima y protección al elemento productor.
  8. Democracia campesina y liquidación de la propiedad semifeudal.
  9. Legislación social que garantice los derechos del trabajador.
  10. Mejoramiento cultural, físico y moral de la raza.
  11. Ejército al servicio de la Nación, estando libre de tendencias y partidos.
  12. Renuncia a la guerra como instrumento de política nacional.
  13. Amplia amnistía para los españoles que quieran reconstruir y engrandecer España.


La oferta fue rechazada por Franco, que exigió hasta el final una rendición incondicional. Frustrado el intento de lograr la paz, Negrín reforzó sus poderes e impulsó una nueva y gran ofensiva, que fue un desastre para los republicanos. Si cuando se hizo cargo del poder, en mayo de 1937, todavía era concebible una victoria del Frente Popular, a un año vista, los resultados militares del gobierno Negrín habían constituido un lamentable rosario de fracasos. Se habían perdido las batallas de Brunete, Belchite, todo el Norte, Teruel, Alcañiz, Lérida, Tortosa y Vinaroz (Batalla del Ebro), quedando cortada en dos la España republicana.

Trasladó el Gobierno a Barcelona (octubre de 1937), y en abril de 1938 reorganizó su gobierno (en el que acumuló la cartera de Defensa, que ostentaba Prieto), con el apoyo de la CNT y de la UGT. Negrín pretendió fortalecer el poder central frente a sindicatos y anarquistas, aliándose con la burguesía y clases medias, tratando de poner coto al movimiento revolucionario y creando una economía de guerra. Llevó a cabo una política de fortalecimiento del Ejército y del poder gubernamental, puso la industria bajo control estatal e intentó organizar la retaguardia.

Disconformes con su centralismo, el 16 de agosto de 1938 dimitieron los ministros Irujo y Ayguadé. El 21 de septiembre de ese mismo año anunció la retirada de las Brigadas Internacionales, esperando una acción recíproca de los voluntarios italianos en el bando nacional. Todo ello tenía la intención última de enlazar el conflicto español con la Segunda Guerra Mundial, que creía inminente, aunque los Acuerdos de Múnich hicieron desvanecer definitivamente toda esperanza de ayuda exterior.

Antony Beevor afirma que "Negrín trató de restringir la actividad política por medio de la censura, destierros y detenciones de modo parecido a como lo hacía la maquinaria estatal franquista. Sin embargo, la mayoría de los simpatizantes de la República en el exterior, que habían defendido su causa porque era la causa de la libertad y la democracia, callaron ante los desmanes de las policías secretas".

Ante el derrumbe de Cataluña, propuso en la reunión de las Cortes en Figueras (Gerona) la rendición con la sola condición del respeto a las vidas de los perdedores, pero al no poder alcanzar este objetivo se trasladó en febrero de 1939 a la zona Centro con la intención de lograr la evacuación con el mismo éxito con que se había realizado en Cataluña, pero la rebelión del Consejo Nacional de Defensa (integrado por personas de prestigio del bando republicano como el general José Miaja, el coronel Segismundo Casado o Julián Besteiro, y apoyado militarmente por el anarquista Cipriano Mera) frustró este último plan.

En estos últimos días de la guerra, formó un inmenso tesoro con bienes incautados para el sostenimiento de los exiliados republicanos que se transportó a México en un yate de lujo de 690 toneladas fletado expresamente, el Vita, anteriormente conocido como Giralda, yate real de Alfonso XIII. Según Moradiellos, el gobierno de la República en el exilio habría conseguido sacar de España casi seis millones de libras limpios.

Pero éste no fue el único patrimonio con que contó el exilio. Hubo otros, como un material aeronáutico que se vendió en Canadá y, sobre todo, el cargamento de un yate, el Vita, que arribó a México tras la guerra y sobre cuyos bienes el presidente mexicano, Lázaro Cárdenas, dio plena posesión a Indalecio Prieto. A la llegada del Vita a Veracruz, Prieto se apoderó del barco, iniciando una larga y amarga disputa con Negrín. Según Moradiellos, el exilio republicano dio un repugnante espectáculo de división, discusiones, apelaciones cruzadas basadas en lo que cada uno había hecho en el pasado, y un desencuentro tan brutal que los dos principales líderes del socialismo durante la guerra no volvieron a tener una conversación ni un contacto serio. Se ha acusado a Negrín, tanto desde la izquierda como desde la derecha, de utilizar esos fondos en beneficio propio. Negrín afirmó que su intención era utilizar ese dinero para financiar el flete de barcos para el traslado de exiliados republicanos a México. Para ello, organizó el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE). Sin embargo, Indalecio Prieto entendía que era más apropiado destinar ese dinero a la ayuda directa de los refugiados (en comida, etc.), creando la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE).

Valoración y polémicas sobre el personaje

Juan Negrín fue uno de los personajes más controvertidos de la Guerra Civil Española. Según el historiador Stanley G. Payne, tras el fin de la guerra no había personaje más odiado. El bando franquista lo consideraba un «rojo traidor», en tanto que dentro del campo republicano, una parte de sus correligionarios le echaban en cara la prolongación inútil de la guerra y que hubiese servido a los planes de la Unión Soviética. Sinesio Vaudilio García Fernández, conocido bajo el seudónimo de Diego Abad de Santillán, militante español anarquista, escritor, editor y figura prominente del movimiento anarcosindicalista en España y Argentina fue muy crítico con el gobierno y la persona de Juan Negrín, denunciando continuamente los crímenes cometidos por el PCE. Sin embargo muchos otros personajes de renombre y reconocida estatura política y moral reconocen en el Dr. Negrin un político entregado e idealista, cuya actuación fue impecable pero que llego a la jefatura de gobierno demasiado tarde para cambiar el curso de la guerra. Por ejemplo, el ilustre escritor Francisco Ayala (premio príncipe de Asturias, diplomático y miembro de la Real Academia) indica en sus memorias que, de haber llegado a tiempo, el liderazgo de Negrin podría haber cambiado el curso de la guerra. Existe en este momento una fuerte tendencia a evaluar positivamente su papel, como demuestra su reciente rehabilitación plena en el último congreso de su partido, el PSOE (2008).

Desde el mismo momento de los hechos, Negrín ha sido objeto de las más acerbas críticas por parte de sus enemigos políticos, y sólo muy recientemente autores como Ricardo Miralles o Enrique Moradiellos han hecho un gran esfuerzo por rehabilitar al personaje como un "estadista de la más alta talla".

Según el anarquista Diego Abad de Santillán: "Si el Gobierno Negrín hubiese tenido que responder de su gestión política, económica y financiera habría tenido que terminar ante el pelotón de fusilamiento". Y según su colega del PSOE Francisco Largo Caballero, al que los del PCE, máximo apoyo del gobierno de Negrín, habían hecho todo lo posible para arrojarlo del gobierno: "El señor Negrín, sistemáticamente, se ha negado siempre a dar cuenta de su gestión, (…) de hecho, el Estado se ha convertido en monedero falso (...) Desgraciado país, que se ve gobernado por quienes carecen de toda clase de escrúpulos (...) con una política insensata y criminal han llevado al pueblo español al desastre más grande que conoce la Historia de España. Todo el odio y el deseo de imponer castigo ejemplar para los responsables de tan gran derrota serán poco".

El Consejo Nacional de Defensa, que terminó la guerra tras dar un golpe de Estado contra el gobierno de Negrín, justificó sus actos con el siguiente manifiesto:

«¡Trabajadores españoles! ¡Pueblo antifascista! Ha llegado el momento en que es necesario proclamar a los cuatro vientos la verdad escueta de la situación en que nos encontramos. Como revolucionarios, como proletarios, como españoles y como antifascistas no podemos continuar por más tiempo aceptando pasivamente la improvisación, la carencia de orientaciones, la falta de organización y la absurda inactividad de que da muestras el Gobierno del doctor Negrín. (…) Han pasado muchas semanas desde que se liquidó, con una deserción general, la guerra de Cataluña. Todas las promesas que se hicieron al pueblo en los más solemnes momentos fueron olvidadas; todos los deberes, desconocidos; todos los compromisos, delictuosamente pisoteados. En tanto que el pueblo en armas sacrificaba en el área sangrienta de las batallas unos cuantos millares de sus mejores hijos, los hombres que se habían constituido en cabezas visibles de la resistencia abandonaron sus puestos y buscaban en la fuga vergonzosa y vergonzante el camino para salvar su vida (…) No puede tolerase que en tanto se exige al pueblo una resistencia organizada, se hagan los preparativos de una cómoda y lucrativa fuga. No puede permitirse que, en tanto que el pueblo lucha, combate y muere, unos cuantos privilegiados preparen su vida en el extranjero (…) Constitucionalmente, el Gobierno de Negrín carece de toda base legal en la cual apoyar su mandato»).

Se le acusó de corrupto y despilfarrador, a causa de las sumas derrochadas por parte de los agentes encargados de la compra de armas y suministros en el extranjero, siendo los casos más sonados los de la Comisión de Compras de París y la CAMPSA Gentibus. El bloqueo en la compra de armas al que el gobierno de la República fue sometido por inspiración del Reino Unido se tradujo en la necesidad de comprar dichas armas en el mercado negro, un tipo de "comercio" para el que los funcionarios de la República no estaban preparados, por lo que cayeron muchas veces en manos de individuos sin escrúpulos. Tales acusaciones provenían, sin duda, de la propaganda del bando sublevado o de los elementos mas extremistas de ambos lados: el talante y la actuacion del Dr. Negrin estan en realidad por encima de toda sospecha.

El Dr. Negrin, como tantos españoles que trataron de defender la legalidad republicana, terminó denostado tanto por los sublevados como por los extremistas anarquistas y de otros signos, que terminaron aliándose en el sangriento golpe de Estado que entrego la capital sin resistencia a los rebeldes. Esta acción, en algunos casos inspirada por el deseo de acabar la guerra y en otros por el afán mas egoísta de buscar una salvación personal, terminó condenando a miles de soldados, políticos y simples ciudadanos a la cárcel, la tortura y en muchisimos casos la muerte. El Doctor Negrin estaba resuelto a continuar la guerra hasta el estallido de la Guerra Mundial que ya se veia inminente. Aunque la situacion era desesperada, nadie puede acusarle de no haberlo intentado. La idea era correcta. El uno de abril de 1939 Franco declaraba en su famoso parte militar: 'cautivo y desarmado el ejercito rojo (...) la guerra ha terminado'. Exactamente cinco meses mas tarde, Alemania invadia Polonia y comenzaba la Segunda Guerra Mundial. Pero ya era demasiado tarde para España.

El exilio

Al final de la contienda se instaló en Francia, de donde se trasladó a Londres, y desde donde continuó presidiendo el Gobierno de la República en exilio hasta 1945. Sin embargo, la mayoría de los partidos políticos y diputados a través de la Diputación Permanente desconocieron la legalidad de un Gobierno en el exilio en julio de 1939, poniendo en cuestión la gestión del Servicio de Evacuación y creando una Junta de Auxilio a los Refugiados.

Trasladado a México con ocasión del final de la Guerra Mundial, sus divergencias con Indalecio Prieto y Diego Martínez Barrio provocaron su dimisión ante las Cortes en el exilio. Negrín y una treintena de socialistas fueron expulsados del PSOE el 23 de abril de 1946. Después de pasar un tiempo en el Reino Unido, fijó su residencia definitiva en Francia. Falleció en París a la edad de 64 años, de una vieja dolencia cardíaca. Dejó dispuesto que su muerte se anunciara dos días después, y que sobre su lápida no se escribieran más que sus iniciales: "J.N.L."

El grupo de expulsados de 1946, incluido Negrín, fueron rehabilitados simbólicamente en el 37º Congreso Federal del PSOE (5 de julio de 2008).

Por último, se anuncia en 2008 el proyecto de realizar una película documental sobre su vida, Salud y República. El anónimo ciudadano Juan, a partir de la nueva documentación y de los vídeos privados ahora disponibles.

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